DE LA GUERRILLA COMUNICACIONAL A
UN PUEBLO DE COMUNICADORES
La extrema derecha fascista mediática, la oligarquía política, los saltimbanquis de la politiquería han acusado el golpe al hígado que significó el anuncio del nacimiento de pequeño grupo de 75 jóvenes como guerrilleros mediáticos, avanzada juvenil para enfrentar el bodrio comunicacional conformado por el nefasto sistema o red de medios de (in) comunicación privados.
No podía ser más oportuna la hora en la cual surge esta importante iniciativa que viene a sumarse, con el calor y el furor de la muchachada liceísta, a las jornadas que desde hace ya algunos años vienen impulsando los medios alternativos y comunitarios, prensa escrita, radial, televisiva, páginas web… jornada que el MoMac bautizó como la lucha por construir un pueblo de comunicadores.
La histérica reacción de los medios reaccionarios, las declaraciones estridentes de la pléyade de opinadores poniendo el grito en el cielo no hacen más que corroborar que aquel paradigma del topoderoso sistema de medios burgueses, manipulador de conciencias y sembrador de disociación sicótica ha perdido ineluctablemente su poder, pero no ahora, ese declive comenzó el 27/28 de febrero de 1989 cuando el pueblo venezolano se alzó bravíamente en las calles de Venezuela contra el paquete económico neoliberal, cuando votó masivamente por el comandante Chávez en diciembre de 1998 y brotó como mieses en terreno abonado un masivo movimiento de prensa alternativo que enfrentó, con más bríos y fuerza, la canalla y el terrorismo mediático de la extrema derecha burguesa.
Un punto culminante del nacimiento de un nuevo paradigma mediático, comunicacional, alternativo lo constituyó la tríada del 11/12/13 de abril de 2002. En no poca medida aquel golpe con olor a petróleo y oro, a hierro y coltán fue más mediático que militar. Los medios –y así lo reconoció la propia canalla golpista– pudieron aglutinar y movilizar a la clase media, manipularla a su antojo y lanzarla por el despeñadero del 11 de abril cuando, incluso, sus mercenarios y paramilitares francotiradores asesinaron o hirieron también a marchistas opositores.
Pero el 12 de abril fue el momento más extremo, culminante, único en el mundo, si se quiere –y perdónesenos lo que pudiera parecer vanidad–, el verdadero reto de la prensa alternativa, ya no era la guerrilla mediática constituida por cada medio por separado, era un pueblo de comunicadores en acción, era una guerra popular comunicacional que se puso en tensión para que nos asumiéramos como poder originario capaz de restituir el poder constituido. Funcionó el más poderoso movimiento de comunicación alternativa a través de las radios comunitarias, del “bembeteo” o comunicación boca/oreja, de los teléfonos celulares, de los mensajes por Internet (que no tenía ni con mucho el desarrollo exponencial que tiene hoy en Venezuela), los periódicos artesanales.
Mover 5 ó 6 millones de personas en horas, direccionar su movimiento político hacia los centros del poder (palacio de gobierno, bases militares) sólo fue posible por aquel complejo sistema comunicacional popular, una millonaria red, no pocas veces espontánea, que rompió la auto censura de los medios de la derecha, de las comiquitas de la televisión que ocultaban la insurrección popular que se iba desarrollando paulatinamente en Caracas y el resto del país pidiendo el regreso de Chávez –que no había renunciado a la presidencia– y la restitución de la constitución bolivariana. Nada pudo el poder burgués contra la madurez política de nuestro pueblo, su conciencia política, su claridad de objetivos, un pueblo que, con la comunicación alternativa, en la calle enfrentando la PM o los grupos paramilitares, derrotó el poder burgués y su golpe imperialista en 47 horas, golpe impuesto por George Bush, Aznar, narcoUribe.
No podía, repito, ser más oportuno el surgimiento de esta iniciativa gubernamental de la guerrilla mediática. La propia derecha se ha encargado de darle proyección, inflarla, incluso, exagerar deliberadamente en demasía para crear un escándalo político con un enorme tufo electoral.
Pero, ¿qué es la guerrilla
comunicacional?
Pudiera decirse que es una simbiosis de la guerrilla semiológica o semiótica acuñado por el gran filósofo italiano Humberto Eco. Este investigador señala que la Guerrilla Comunicacional no es sino “una serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente.”
Precisamente, de eso se trata, de que esta avanzada juvenil comunicacional lleve a sus compañeros del liceo o a cualquier ciudadano o grupo de estos, a debatir, discutir las falsas o mentirosas o sesgadas informaciones o noticias de los medios para ir fracturando ese perverso modelo comunicacional, no que por decirlo El Nazional, Globoterror o Unión Radio –para poner sólo tres ejemplos macabros– es una verdad que no se discute, inmutable y es cierta cien por cien.
Evidentemente que esta iniciativa –a prueba o plan piloto, por ahora– resulta importante, como lo son los Info Centros manejados por el pueblo, porque estamos siendo cotidianamente agredidos nacional e internacionalmente por las agencias imperiales, por las transnacionales de la comunicación. Hace rato el imperio y sus aliados, sus servicios comunicacionales, nos han declarado la guerra mediática, guerra de cuarta generación la llaman los expertos, y eso es de día, de noche, de madrugada, es decir, no paran nunca de conspirar contra Venezuela, de agredirnos, ofendernos en todos los sentidos de atacar al comandante Chávez de la manera más baja y ruin, los comunicadores alternativos y comunitarios no podemos dejar de responder, denunciar, analizar, desenmascarar el discurso mediático de la derecha y llamar a la guerra popular comunicacional, de allí que celebramos la iniciativa de crear las guerrillas comunicacionales, porque vienen a reforzar a la valerosa vanguardia de medios alternativos y comunitarios que todos estos años le han dado respuesta a las agresiones de la ultra derecha fascista mediática y sus decadentes y mentirosos medios de (in) comunicación. (15-04-10) (humbertocaracola@gmail.com)
Pudiera decirse que es una simbiosis de la guerrilla semiológica o semiótica acuñado por el gran filósofo italiano Humberto Eco. Este investigador señala que la Guerrilla Comunicacional no es sino “una serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente.”
Precisamente, de eso se trata, de que esta avanzada juvenil comunicacional lleve a sus compañeros del liceo o a cualquier ciudadano o grupo de estos, a debatir, discutir las falsas o mentirosas o sesgadas informaciones o noticias de los medios para ir fracturando ese perverso modelo comunicacional, no que por decirlo El Nazional, Globoterror o Unión Radio –para poner sólo tres ejemplos macabros– es una verdad que no se discute, inmutable y es cierta cien por cien.
Evidentemente que esta iniciativa –a prueba o plan piloto, por ahora– resulta importante, como lo son los Info Centros manejados por el pueblo, porque estamos siendo cotidianamente agredidos nacional e internacionalmente por las agencias imperiales, por las transnacionales de la comunicación. Hace rato el imperio y sus aliados, sus servicios comunicacionales, nos han declarado la guerra mediática, guerra de cuarta generación la llaman los expertos, y eso es de día, de noche, de madrugada, es decir, no paran nunca de conspirar contra Venezuela, de agredirnos, ofendernos en todos los sentidos de atacar al comandante Chávez de la manera más baja y ruin, los comunicadores alternativos y comunitarios no podemos dejar de responder, denunciar, analizar, desenmascarar el discurso mediático de la derecha y llamar a la guerra popular comunicacional, de allí que celebramos la iniciativa de crear las guerrillas comunicacionales, porque vienen a reforzar a la valerosa vanguardia de medios alternativos y comunitarios que todos estos años le han dado respuesta a las agresiones de la ultra derecha fascista mediática y sus decadentes y mentirosos medios de (in) comunicación. (15-04-10) (humbertocaracola@gmail.com)
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